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Opinión

Aprender en casa

GUIÓN: TERESA GRAY

REALIZADORA: ISABEL MALPICA

IMAGEN: IGNACIO PARIS

SONIDO: MIGUEL ANGEL CANO

MONTAJE: JAVIER M.ROY

PRODUCCIÓN: BEATRIZ MANZANO 

El programa "Crónicas" que dirige Reyes Ramos, emitido el domingo catorce de Octubre a las 21:30h. "Aprender en Casa". Cada vez hay más padres que toman la resolución de que sus hijos se eduquen en casa y no vayan al colegio. Aunque no es una decisión  fácil porque son ellos mismos los que asumen la responsabilidad de educar  a sus hijos. Sobre todo son las madres las que renuncian a su trabajo y se quedan en casa para acometer una doble tarea:  estar las veinticuatro horas del día con los niños y enseñarles.Teresa Gray e Isabel Malpica han compartido varias jornadas con algunas de las familias que han elegido esa opción. Algunos lo han hecho por motivos religiosos, otros porque su hijo ha sufrido acoso escolar. 


Los rodajes se han realizado en Madrid, Castilla y León, Cantabria y Cataluña, precisamente  en esta comunidad autónoma  es donde hay más seguidores de ese sistema de educación. El principal problema al que se enfrentan los defensores de "aprender en casa" es el vacío legal que existe en nuestro país. Una ausencia de normas que a veces genera problemas con la fiscalía de menores. Y la única vía que tienen los padres para afrontar esas dificultades  es la de asociarse.  "Crónicas" ha localizado a algunos adultos que se formaron en casa. Uno de ellos es hoy un empresario de circo.

Los colegios no deberían existir

Entrevista a Roger C. Schank, presidente de Socratic Arts

por Myriam López Blanco

Roger C. Schank es un crítico severo del sistema educativo actual, y no trata de suavizar sus palabras para que suenen políticamente correctas. Schank es, además, uno de los principales investigadores del mundo en Inteligencia Artificial, Teoría del Aprendizaje y en la construcción de entornos virtuales de enseñanza. Durante 35 años, fue profesor de Universidades como Standford, Yale y Northwestern. Ahora está empeñado en acabar con el actual sistema educativo, y ofrece sistemas alternativos de aprendizaje desde su compañía Socratic Arts y su organización sin ánimo de lucro, Engines for Education. KINDSEIN le ha realizado una extensa entrevista.

Según Schank, el sistema educativo que tenemos hoy —y que ha seguido invariable desde hace siglos— se podría resumir así: un profesor entra en clase y habla. Los alumnos, como mucho, toman apuntes. Como no pueden recordar lo que se les dijo, les hacen exámenes. Pero poco después de pasar esos exámenes, olvidan todo. A Schank le gusta preguntar a sus alumnos: «¿Podrías aprobar ahora, sin estudiar, el exámen de álgebra que pasaste el año pasado?» La respuesta es no. ¿Por qué? Entre otras cosas, porque no se puede aprender lo que nos dicen. Los recuerdos siempre van asociados a sorpresas, emociones, retos. Se aprende haciendo. Y el "aprender haciendo" no es un concepto nuevo. Desde la antigüedad, muchos filósofos y científicos han reiterado que es la única forma de aprender.


KINDSEIN: ¿Por qué, si es tan obvio que "aprender haciendo" es la mejor forma de enseñanza, nadie hace nada para cambiar el sistema educativo y adaptarlo a ese concepto?

ROGER SCHANK: Es bastante difícil enseñar mediante el “aprender haciendo”. Si 30 niños aprenden de esta forma, todos tendrán distintas necesidades y problemas a los que debe enfrentarse el profesor al mismo tiempo. Y todos pueden ir en distintas direcciones, según los intereses de cada uno.

El problema es el aula. Cuando hay aulas y un maestro al frente, aprender haciendo es casi imposible. Cambiar esto significa prescindir de las aulas, así como de la idea de un profesor de pie delante de 30 niños, que sabe qué es verdad y te lo va a contar. Este cambio resulta inconcebible para los colegios.

Aprender haciendo implica tener un objetivo que conseguir. Los niños deben intentar hacer algo. ¿Qué intentan en el colegio? Sobre todo, aprobar exámenes y conseguir buenas notas. La cuestión es si esa es una habilidad que merezca la pena enseñar.

KINDSEIN: ¿Quién tiene la culpa del sistema educativo? ¿Los gobiernos?

ROGER SCHANK: Por supuesto, tienen la culpa los gobiernos. Los políticos nunca se han preocupado de educar realmente a los niños, ni nunca lo harán. Todos hablan de educación porque así consiguen votos, pero un electorado verdaderamente preparado haría preguntas difíciles a los políticos, y les complicaría la vida. Los votantes tontos son más fáciles de tratar. Más aún, los adultos tontos hacen los trabajos serviles, y los gobiernos siempre están preocupados por no tener suficientes trabajadores serviles, como los soldados, para cumplir sus órdenes. Los gobiernos represivos enseñan la verdad que quieren que conozcan los ciudadanos. Los gobiernos controlados por grandes empresas enseñan a los estudiantes a convertirse en empleados dóciles. No muchos gobiernos quieren realmente enseñar a los estudiantes a pensar por sí mismos.


KINDSEIN: ¿Y los profesores? ¿Tienen algo que ver?

ROGER SCHANK: Los profesores no tienen la culpa. Han aprendido a vivir en un sistema tonto, pero normalmente empiezan con grandes ideales y aprenden a adaptarse. Podrán aprender a enseñar de una nueva manera cuando exista una nueva manera.

KINDSEIN: ¿Quién decide qué tenemos que estudiar y cómo?

ROGER SCHANK: Es una pregunta muy interesante. La respuesta, sorprendentemente, es ’nadie’. Todo se decidió hace mucho tiempo y nadie puede cambiarlo. Y, lo que es peor, hay grupos de presión que quieren dejarlo igual, y son muy fuertes. Editores de libros de texto, preparadores de exámenes, profesores y muchos otros tienen un gran interés en que todo siga igual.

Sólo tienes que intentar eliminar el álgebra o la trigonometría del plan de estudios de cualquier escuela secundaria del mundo. El clamor sería estruendoso. Esto es cierto incluso teniendo en cuenta que casi nadie recuerda nada de esos temas una vez terminado el colegio. No lo recuerdan porque es inútil y el 99,9 % de los adultos nunca lo ha utilizado. Y no, no te enseña a pensar. Si queremos enseñar a la gente a pensar podríamos investigar buenas maneras de hacerlo.

KINDSEIN: Tenemos el mismo sistema educativo desde hace cientos de años...

ROGER SCHANK: Miles de años. Los críticos romanos se quejaban de que el colegio era irrelevante e inútil. Platón señalaba que la gente aprendía haciendo; argumentaba contra el sistema existente en Grecia. Montaigne se quejaba sobre el sistema francés, Locke sobre el inglés, Einstein sobre el alemán. Nadie escuchaba.

KINDSEIN: ¿Y por qué hay tan pocos revolucionarios de la educación?

ROGER SCHANK: No es un trabajo divertido. La mayor parte de la gente no sabe nada sobre educación y defiende con ardor el sistema actual. Y aunque es fácil conseguir que la gente corriente esté de acuerdo contigo, nunca es la que puede producir un cambio.

KINDSEIN: John Taylor Gatto, John Holt, Jerry Mintz son algunos de esos revolucionarios de la educación. ¿Tienen algo en común?

ROGER SCHANK: Normalmente, los demás son ex-profesores que ven lo terrible que es el sistema. Pero no son teóricos del aprendizaje, luego no se preguntan por qué las asignaturas son como son. Aceptan que los niños no aprenden matemáticas ni literatura, sin preguntarse por qué se enseñan esas asignaturas, para empezar. Además, como normalmente no tienen formación informática, no asimilan que la solución debe estar basada en los ordenadores para que el cambio sea amplio. Internet puede cambiarlo todo al proporcionar una experiencia de alta calidad a todo el mundo. Por supuesto, lo que se ha visto hasta ahora es el vino de siempre en una nueva botella.

KINDSEIN: Da la sensación de que no sólo hay pocos recolucionarios de la educación y la mayoría de ellos acaba perdiendo la batalla o la esperanza. ¿Es eso cierto?

ROGER SCHANK: No hay muchos. De todos modos, es una cuestión de dinero. Cuando tengamos el suficiente, podemos construir el plan de estudios alternativo que necesitamos. Engines for Education (mi organización sin ánimo de lucro) lanza nuestro primer año completo en ciencias de la salud este próximo mes de septiembre.

KINDSEIN: ¿Tienes algún programa para niños?

ROGER SCHANK: El que hay disponible ahora es para universidad. Pero puede que tenga uno listo en otoño para niños de tercer grado [8 y 9 años].

KINDSEIN: ¿Cuáles son los enemigos en la batalla para acabar con la mala educación?

ROGER SCHANK: Los políticos son el principal enemigo. Cada vez están más involucrados en los exámenes, y por tanto en estropear la educación.

Las universidades son el otro gran problema. Establecen criterios de admisión que no permiten a los graduados de escuelas secundarias alternativas acceder con facilidad. Esto asusta a los padres y hace que no prueben alternativas que podrían ser mejores para sus hijos.

KINDSEIN: Eres famoso también por ser políticamente incorrecto. ¿No es un papel duro y cansado?

ROGER SCHANK: No. Es fácil para mí, de hecho algo natural. Tengo muchos fans.

KINDSEIN: ¿Pero por qué lo haces?

ROGER SCHANK: Porque es importante hacerlo. Demasiados niños brillantes y motivados se vuelven adultos infelices porque les aterrorizaban las matemáticas, o los profesores, u otros niños, o tenían algo que les gustaba hacer y no era el colegio. Me preocupan esos niños. Y vivimos en democracias donde todos pueden votar. Cuando todo el mundo está sin preparar, votarán de una manera simplista. Puede que funcione para los políticos, pero no funciona para el mundo.


«Demasiados niños brillantes y motivados se vuelven adultos infelices»


KINDSEIN: ¿Cuáles son tus planes? ¿Qué crees que vas a conseguir?

ROGER SCHANK: Voy a construir un sistema educativo del que los niños realmente quieran formar parte cada día. La gente será más feliz. El mundo será más seguro porque todos seremos capaces de entendernos mejor. La economía del mundo funcionará mejor porque los empleados entenderán realmente cómo hacer bien sus trabajos.

KINDSEIN: ¿Por qué crees que no hay nadie más que se atreva a seguir tus pasos?

ROGER SCHANK: Hace falta entender de una manera profunda cómo el aprendizaje, la memoria y la comprensión funcionan en las personas. Y es necesario entender cómo utilizar de la mejor forma posible la tecnología informática actual. No todo el mundo lo sabe. Además, si no eres miembro del ’establishment’ universitario, te derribarán los que están a cargo del sistema. Mis credenciales me proporcionan credibilidad.

KINDSEIN: ¿Has creado alguna escuela?

ROGER SCHANK: Muchas de ellas. La mejor es el West Coast Campus de la universidad Carnegie Mellon. Tienen un sistema de aprendizaje en línea en programas de máster que he diseñado, y que funcionan bastante bien. También la Universidad Trump tiene algunos cursos hechos por mí y que también funcionan bien.

KINDSEIN: ¿Estás a favor del aprendizaje natural? Me refiero a que si crees que los niños deberían aprender aquello por lo que se sientan interesados y no lo que les imponen.

ROGER SCHANK: Estoy a favor de que los niños aprendan sobre lo que les interesa bajo la guía de expertos y profesores que les indiquen direcciones razonables. El plan de estudios de talla única debe desaparecer.

Los planes de estudio que están en línea solucionan ese problema. Los niños pueden avanzar a su propio paso. Esto es muy difícil de hacer en una aula tradicional. Si hay miles de niños en todo el mundo trabajando en asuntos parecidos, podemos encontrarles compañeros cuando estén listos para hacerlo.

KINDSEIN: ¿Es tan importante que los alumnos estén agrupados siempre según la edad?

ROGER SCHANK: No. De hecho, es probablemente una mala idea.


«Dejemos a los niños ser como son y enseñémosles en ese contexto, haciéndoles mejores en sus inclinaciones naturales»


KINDSEIN: ¿Y qué hay de los diferentes tipos de "mentes"? Recientemente, ha habido un número creciente de diagnósticos de niños con síndrome de Asperger, con trastorno por déficit de atención, etc. Son niños que comparten la misma clase pero no las mismas inquietudes o necesidades que sus compañeros. ¿Cómo crees que debería abordarse este problema?

ROGER SCHANK: Tenemos que dejar de pensar que si a un niño se le dan mal las matemáticas eso significa que tiene un problema de aprendizaje, y empezar a preguntarnos qué es lo que hace bien y permitirle mejorar en eso. Tenemos que dejar de drogar a los niños con Ritalin porque no pueden sentarse quietos y concentrarse, y dejar de pedirles que hagan algo que es tan poco natural para ellos. Dejemos a los niños ser como son y enseñémosles en ese contexto, haciéndoles mejores en sus inclinaciones naturales.

KINDSEIN: ¿Por qué existe el acoso escolar? ¿Es algo inherente al ser humano?

ROGER SCHANK: La escuela ayuda a reforzar muchos malos comportamientos. No creo que los colegios deban existir. Los niños necesitan aprender en contextos más fáciles, que no sean tan traumáticos.

KINDSEIN: Recientemente, entrevistamos a Jay Belsky con motivo de los últimos resultados un ambicioso estudio que concluye que a más tiempo pase un niño en una guardería, independientemente de la calidad de esta, más problemas de comportamiento tendrá después en la escuela. ¿Qué opinas de eso? ¿Crees que los niños aprenden a ser agresivos en la guardería?

ROGER SCHANK: Los colegios son guarderías, y no muy buenas.

KINDSEIN: Si queremos llegar hasta el final de los estudios, tenemos que pasar, año tras año, por una serie de asignaturas obligatorias que van en bloque y son comunes a todos los alumnos. ¿A quién beneficia este sistema?

ROGER SCHANK: El plan de estudios de los EE.UU. fue diseñado en 1892 por el presidente de Harvard, con la intención expresa de hacer la vida más fácil a los profesores de Harvard, ya que garantizaba que los alumnos que entraban habían estudiado las mismas asignaturas (las que se enseñaban en Harvard en aquel momento). Nadie puede cambiar esta situación porque el sistema está demasiado comprometido con él, y porque las universidades todavía insisten en seguir. Esta situación es más o menos la misma en todos los países. El cambio lo impiden las universidades, que realmente no tienen ningún interés en la escuela secundaria. En resumen, no quieren enseñar materias de escuela secundaria en la universidad.


Hace mucho tiempo, antes de Internet y de la posibilidad de múltiples opciones para los estudiantes, las escuelas secundarias realmente no podían cambiar. ¿Cómo podías proporcionar opciones a los estudiantes sin añadir grandes costes y muchos más profesores? Ahora ya no hay ese problema. Podemos hacer un plan de estudios una vez y puede utilizarlo cualquier persona del mundo. Sin embargo, el colegio no puede cambiar porque los gobiernos no entienden en absoluto lo que hay que hacer.


«La escuela en casa arregla uno de los problemas importantes de los colegios: que los colegios y los profesores hacen que los niños se sientan mal consigo mismos»


KINDSEIN: ¿Qué tipo de apoyo necesita alguien que no esté de acuerdo con el sistema educativo y quiera hacer algo para cambiarlo? ¿Dejar la escuela, escribir una queja al director de la escuela,...?

ROGER SCHANK: El director del colegio no puede hacer nada. No pierdas el tiempo. Pide nuevos planes de estudio en línea que tengan el apoyo de la industria y del gobierno. Pide que el dinero se invierta en construir nuevos programas de estudio en áreas específicas. O piensa en inscribir a tus hijos en los programas que yo construyo. Por supuesto, no están en español. Organiza un grupo y tradúcelos.

KINDSEIN: La escuela en casa es un sistema bastante extendido en EE.UU. No tanto en España. ¿Qué opinas del homeschooling?

ROGER SCHANK: Me gusta la idea de la escuela en casa. Pero, al final, siguen enseñando a los niños el mismo plan de estudios y el Estado sigue diciendo en muchos casos qué asignaturas tienen que enseñar. Necesitan nuevos planes de estudios.


La escuela en casa arregla uno de los problemas importantes de los colegios: que los colegios y los profesores hacen que los niños se sientan mal consigo mismos. También apunta a otro asunto-- el tiempo. Los padres que enseñan en casa pueden ir mucho más rápido en el plan de estudios normal, y así pueden enseñar temas mucho más interesantes a su propia manera con el tiempo extra.

KINDSEIN: ¿Para qué sirve la escuela tradicional? ¿Qué se aprende en ella?

ROGER SCHANK: Todo el colegio es una pérdida de tiempo si piensas que su papel es realmente el aprendizaje. La educación más importante ocurre en casa o en el trabajo. La mayoría de lo que se aprende en el colegio se olvida. Lo que sí aprenden los niños en el colegio es cómo tratar con otros niños, con la autoridad, con las normas, etc. Muchas veces, un mal profesor es el que es mezquino o descuidado en su trato con la gente. Esos profesores deberían ser despedidos, porque su papel principal, en mi opinión, es apoyar a los niños.

KINDSEIN: ¿Hay alguna escuela en el mundo donde se pueda ir a "aprender haciendo"?

ROGER SCHANK: Sí. Aprender haciendo se utiliza como método de enseñanza en escuelas de comercio, en el trabajo, en el ejército y en cualquier área en la que esperemos que la gente consiga algo. En la escuela, eso no se intenta realmente. Se espera la memorización de los hechos aleatorios que las autoridades consideran importantes. Como no hay que hacer nada, ¿por qué enseñar así? El tema clave es el cambio en el plan de estudios, para que el examen principal sea de rendimiento, no de competencia.

KINDSEIN: En la actualidad, se habla de que hay muchos profesores desmotivados y muchos que no son vocacionales. En muchas carreras universitarias, las únicas salidas laborales son la enseñanza. ¿No hay mucho desnivel entre la cantidad de alumnos y el número de profesores con ganas de hacer una buena enseñanza?

ROGER SCHANK: Enseñar es un trabajo terrible. No consigue respeto y la escuela no permite a los profesores ser bueno en lo que hacen de ninguna forma real. Necesitamos convertir la enseñanza en supervisión. La supervisión sólo puede hacerse en un plan de estudios en el que los niños están intentando conseguir algo, y realmente quieren hacerlo. Los mentores pueden ayudarles a conseguirlo. La supervisión puede ser muy gratificante, pero el sistema tiene que cambiar radicalmente para que esto ocurra.

KINDSEIN: ¿Algún consejo final para los padres? Puedes darnos alguna buena noticia sobre el futuro de la educación. ¿Hay alguna solución? ¿Hay algo que podamos hacer?

ROGER SCHANK: Ha habido colegios buenos en muchas partes a lo largo de los siglos. El problema es el sistema, no los colegios en particular. Puede haber buenos profesores y buenas experiencias en el colegio, pero son la excepción y no la regla. La buena noticia es Internet. Podemos crear buenas experiencias educativas e inmediatamente permitir a cualquier niño del mundo participar en esas experiencias. Un plan de estudios bien construido una vez puede utilizarse en todos los colegios y hogares del mundo mientras haya mentores en línea para ayudar. ¿Podemos hacerlo? Seguro que sí.

Convence a tu gobierno de que construya un puente menos o un misil menos y tendremos el dinero necesario. El gobierno es el problema, y no porque sea malo sino porque no tiene ni idea y es rehén de intereses muy poderosos que quieren impedir el cambio. Los millonarios hablan de ayudar pero siempre se refieren a enseñar las antiguas asignaturas de alguna forma nueva que mejore las puntuaciones.


El objetivo no son las notas de los exámenes, sino la felicidad. La felicidad proviene de una vida emocionante, que incorpora habilidades laborales, capacidad de razonamiento, capacidades personales, y no incluye fórmulas matemáticas ni obras literarias que consideran sagradas las distintas culturas. Tenemos que enseñar lo que importa hoy en día. Dejemos de convertir a los niños en intelectuales y hagamos que sean ciudadanos de provecho.


KINDSEIN: Gracias, Dr. Schank, y mucha suerte.

* Roger Schank  Fundador y CEO de Socratic Arts Es uno de los investigadores líderes en el mundo en Inteligencia Artificial, así como aplicando la Teoría del Aprendizaje Cognitivo en la Educación. Comenzó como Assistant Professor of Computer Science and Linguistics en Stanford University para pasar posteriormente a ser Director del Yale Artificial Intelligence Project en Yale University. Fundador del Instituto de Ciencias del Aprendizaje de la Northwestern University (EE.UU.), donde es John P. Evans Professor Emeritus en Ciencias de la Computación, Educación y Psicología.

A mediados de los ´90 fundó Cognitive Arts Corporation desde donde diseñó simulaciones multimedia para formación corporativa y universitaria (en asociación con la Columbia University).

Se desempeñó como Distinguished Career Professor en la Escuela de Ciencias de Computación de la Carnegie Mellon University. Fundador de la Sociedad de Ciencia Cognitiva. Fundador y CEO de Socratic Arts y Chief Learning Officer de la Trump University.

Es autor de más de 20 libros sobre aprendizaje, inteligencia artificial, educación, memoria, e-Learning, relatos de historias.

La dictadura de la educación.


Javier Martínez Aldanondo.
Durante el mes de junio, los escolares chilenos paralizaron el país reivindicando cambios en el sistema educativo. Aunque obtuvieron algunas concesiones, sólo reclamaban mejoras accesorias (el envoltorio) que tendrán muy poco impacto mientras desgraciadamente la calidad de la educación seguirá igual (la fruta continuará podrida). Podemos recoger a cada niño en su casa en una limusina y llevarle a un colegio tapizado con alfombras persas, darle de comer caviar y la calidad de la educación será la misma que hoy. Los estaremos enviando a un cine de lujo a ver la misma película aburrida que no les interesa en absoluto. Trate de recordar con cuántas de las clases que recibía en el colegio soñaba usted entusiasmado deseando que llegase el momento de asistir. ¿Pocas verdad? ¿Y qué pasaba cada vez que el profesor salía del aula por algún motivo?

Asumir que los resultados de las pruebas internacionales, donde se mide, por ejemplo, el nivel de matemáticas, son un barómetro de la calidad de la educación es un engaño y una simplificación vergonzosa. ¿Tanta influencia tienen las matemáticas en la vida profesional de un adulto? ¿Y en su vida personal? ¿Cuánta gente dedica su vida a las matemáticas? Habiéndome educado en España, estudié el último año de secundaria en USA y escogí el nivel más alto de matemáticas. Aunque parezca difícil de creer, yo era el que más sabía de toda la clase con muchísima diferencia (por ejemplo, jamás llegamos a estudiar Integrales), sin embargo todos salían de la escuela con el carnet de conducir bajo el brazo. ¿Como es posible si USA es hoy el país más avanzado del mundo? ¿Podríamos concluir que nuestros compañeros de escuela con mejores puntajes son hoy en día ciudadanos felices y exitosos? En el caso de que los resultados de esas pruebas fuesen extraordinarios, la realidad de la educación sería igualmente dramática. Un buen puntaje no es sinónimo de una buena educación. La sociedad sigue convencida de que si los escolares estudiasen más y sacasen mejores notas, el problema de la educación estaría resuelto. ¿Y por qué no quieren estudiar los escolares? ¿Será por falta de capacidad?

Empecemos por esta simple pregunta: ¿Para qué educamos a nuestros niños? Para prepararles para la vida y entregarles herramientas para enfrentar la sociedad del SXXI, es decir, para que sean autónomos, capaces de decidir, innovar y guiar sus propias vidas en lugar de memorizar datos, estresarse con los exámenes y obedecer órdenes. Aprender es importante porque educamos a los niños para un mundo que no podemos predecir. Sin embargo, los esfuerzos (y la presión desmedida) se concentran en la trampa de prepararlos para obtener buenas notas y hacer el trabajo tedioso de clasificarlos para acceder a la universidad. Los adultos, y la empresas que contratan a los recién licenciados, sabemos, demasiado tarde, que lo realmente imprescindible para vivir “exitosamente” no se aprende en las aulas, no se mide con exámenes ni generalmente lo enseñan los profesores: Expresarse adecuadamente, relacionarse y comunicarse con los demás, crear redes y trabajar colaborativamente, vender, razonar y pensar críticamente, criar hijos, entender sobre salud y nutrición, manejar tus finanzas personales, dominar el estrés, gestionar la autoestima …

La educación tiene 2 graves problemas mucho más serios y complejos que lo que indican esas pruebas tan veneradas como inútiles:


- QUÉ se enseña: Lo que la escuela trata de enseñar no tiene nada que ver con lo que sabemos que vamos a necesitar en el futuro ni con lo que les interesa a nuestros jóvenes. Ya es hora de reconocer que el curriculum actual se diseñó para un mundo que dejó de existir hace 150 años. Los educadores y los políticos están más preocupados de la trigonometría, la tabla de los elementos o el pasado pluscuamperfecto y de cumplir los programas comprometidos. ¿Qué impacto tienen la biología, la física, el álgebra en la vida que les espera? ¿Por qué no enseñar alfarería, apicultura o danza? El principal hombre de negocios del mundo (Bill Gates) abandonó la universidad antes de terminar sus estudios y el principal hombre de negocios de España (Amancio Ortega, propietario de Zara) ni siquiera puso sus pies en ella. ¿Donde se estudia para ser Ronaldo, Madonna o el Presidente Lagos? El mal del ombliguismo nos lleva creer que sabemos lo que los jóvenes necesitan y quieren aprender y siempre olvidamos que el anzuelo le tiene que gustar al pescado y no al pescador.

- CÓMO se enseña: Sentar a nuestros hijos en un aula para que escuchen y memoricen durante 18 largos años no es la mejor manera de que aprendan. Aprobar un examen no es sinónimo de aprendizaje. Para aprender hay que practicar, hay que hacer y acumular experiencia; esa es la manera de construir conocimiento y en las aulas no se practica nada. Hoy valoramos la capacidad de memorizar para aprobar un examen. ¿Cuántas personas serían capaces de aprobar la prueba de acceso a la universidad si tuviesen que hacerla hoy? ¿Y de aprobar alguno de los examenes que hizo en la universidad? Si educamos para competir, obedecer y sacar buenas notas, no podemos exigir al mismo tiempo innovación, creatividad y emprendimiento. Demasiados niños van al colegio como al dentista, dispuestos a pasarlo mal y esperando que termine cuanto antes. No se puede obligar a nadie a aprender, igual que no se puede obligar a profesar una religión.

El principal cáncer de la educación son los exámenes y más que ningún otro, el examen de acceso a la universidad. El sistema está diseñado para enseñar lo que se puede medir en los exámenes, los alumnos sólo se interesan por las notas y a los profesores y a las escuelas se les evalúa por los resultados de los alumnos. Curiosamente, a nadie le importa aprender.

Aunque entiendo que no es el objetivo del sistema educativo, el resultado es que el colegio termina teniendo sospechosas similitudes con la cárcel. Se esfuerza por amansar y anestesiar a esos niños que llegan llenos de energía y acostumbrados a hacer preguntas que es el elemento fundamental para aprender. Si no te haces una pregunta, no aprendes. Sin embargo, las preguntas suelen ser incomodas para la mayoría de los profesores y el problema es que la escuela está repleta de respuestas a preguntas que nuestros niños no se hacen. El sistema educativo está diseñado para amoldar a las personas a un modelo predefinido. Te dice: este es el modelo del mundo correcto que debes aceptar y conocer, no importa que tú quieras construir el tuyo propio, no importa lo que te interesa sino que nosotros ya hemos decidido qué debes aprender, cuando y cómo, ya sabemos lo que te conviene y a partir de los 6 años, te encierra en esa prisión, te instala el miedo a equivocarte y te advierte que esas serán las reglas (todo el poder en manos del profesor), ese será tu calendario de vida, eso será lo que harás y como te deberás comportar para que te validemos. No importan tus sueños, importa que compitas y demuestres lo que sabes individualmente. Todos aprenden lo mismo, al mismo ritmo pero lo hacen individualmente. Es incongruente mantener y potenciar este sistema y al mismo tiempo hablar de ciudadanos libres, autónomos, democráticos y por tanto de libertad. Este es el peor sistema posible para educar personas que sepan colaborar que es la base de la sociedad del conocimiento. En Chile se ha creado hace unos meses el Consejo Asesor Presidencial de la Educación formado por 81 expertos para que hagan propuestas para mejorar la calidad y sin embargo la conclusión es “más de lo mismo”. ¿Cómo es posible que nadie esté dispuesto a cambiar, empezando por los Ministerios de Educación, cuando todos estamos unánimemente de acuerdo en que la educación hace aguas de manera irremediable? Posiblemente la solución no está en las manos de los expertos en educación, incapaces de dudar de sus viejos paradigmas.

Seguimos educando para la sociedad industrial, para el mundo de ayer aunque sabemos que las habilidades requeridas hoy en día no forman parte del curriculum. Y eso solo se explica porque seguimos considerando más importante la Física que el Trabajo en Equipo. Lo más increíble es que hay consenso general en que no hay nada más prioritario que la educación pero al mismo tiempo se impone una rígida dictadura apoyada en las 3 Ps: Profesores, Padres y Políticos, cada uno con sus propios intereses para que nada cambie.

¿Y la Tecnología? Debe ser el caballo de Troya que permita que algo se mueva de una vez por todas pero llenar las aulas de computadores y banda ancha no resolverá nada. Hasta hoy el computador se entiende como una herramienta para mejorar la presentación de contenidos. ¿De eso se trata la educación, de presentar mejor los contenidos? El Powerpoint es una pésima herramienta para aprender aunque es mayoritariamente la más empleada para generar contenidos para aprendizaje. Tecnologías como la tiza y la pizarra o el Powerpoint y el videoproyector están ahí porque son fáciles de usar pero sobre todo porque no exigen cambiar. Hay dictaduras plenamente vigentes y no va a ser nada fácil provocar la revolución que tenemos pendiente.

La antiescuela se multiplica en EE UU

TENDENCIAS / REPORTAJE
Domingo, 19 de febrero de 2006 EL PAIS > Suplementos > Domingo

VICENTE VERDÚ

Los años sesenta fueron los de una antiescuela que preconizaba Iván Illich en línea con la lucha contra la autoridad o la jerarquía de cualquier orden. Cincuenta años más tarde, en Estados Unidos, se extiende la moda de la antiescuela en las élites como alternativa a la imperante educación en serie.

Si el consumo se customiza, si el trato al cliente se personaliza, si los automóviles o las zapatillas pueden fabricarse a gustos de cada cual, ¿cómo mantener la producción de los ilustrados con un programa común? Si existen entrenadores personales para el pilates, coachs individualizados para la salud psíquica y, cada vez más, se espera la medicina y la farmacología individualizada, el rebrote del profesor particular pertenece a la misma onda.

 

Hasta hace poco, en Estados Unidos existía el llamado homeschooling -o escuela en casa- patrocinado por organizaciones o sectas religiosas. Para ellas, la ventaja central de impartir una educación completa en el hogar ha consistido en prevenir de contagios indeseables en el medio público. El pupilo era adoctrinado sin infectarse de ideologías agnósticas, se le protegía además del bulling y la violencia escolar en general, se le amparaba de la contingencia de un compañero asesino en serie o se le vigilaba mejor respecto al consumo de drogas. Lo público es en Estados Unidos un reino propicio al mal, mientras lo privado evoca los principios de la patria bendita.

 

Pero ¿un niño educado sin socialización? Los defensores del homeschooling sostienen que la socialización siempre llegará, tarde o temprano, y se realizará mejor sin ser víctima (o delincuente) como efecto de las sevicias que acechan en los medios escolares, desde la pérdida de la salud a la pérdida de la virginidad.

 

De otra parte, ¿no es el mayor problema actual la decandencia de la familia, su fractura y sus efectos devastadores? La escuela en casa, tal como se practica actualmente por más de un millón de familias, no incluye sólo a uno o varios profesores particulares sino a los padres que disfrutan de trabajos sin horarios fijos, que desempeñan tareas creativas, artistas, trabajadores y trabajadoras libres o a tiempo parcial. La flexibilidad de sus empleos se corresponde con la elasticidad de la educación que están recibiendo sus hijos, que no se atienen ni a horarios fijos ni a vacaciones en tiempos concretos. El aprendizaje tiene lugar como por accidente o negligencia, no mediante el orden, la disciplina y la regularidad.

 

La demanda del placer


¿Aprender jugando? Esta idea, muy querida por los teóricos de la educación en los tiempos del mayo revolucionario, regresa en nuestra época del consumismo maduro, cuando a la ética del esfuerzo y la espera ha sucedido la demanda del placer y la satisfacción inmediata.

 

La moral burguesa del capitalismo de producción tenía en su centro la virtud del ahorro, la contención del gasto para invertir más tarde y hallar la recompensa después. La moral del capitalismo de consumo invierte esta ecuación. Se consume ahora y se paga más tarde. Se obtiene el placer y se va subvencionando después, con entregas en cómodos plazos.

 

Y esto, que ocurre con la adquisición de objetos, también sucede, dentro de la misma cultura de consumo, en la adquisición del saber. Se trata de deleitarse en el aprendizaje como único modo efectivo de asumir el conocimiento (el sabor o el saber). Esta importancia del deleite como energía productiva escandalizaba al burgués tradicional que veía en este mundo una ocasión de penitencia para recibir los verdaderos bienes más allá.

 

Este mundo, sin embargo, ha dejado de ser aquel valle de lágrimas, fértil para la salvación, y se ha convertido en la única escena de gratificación segura. Lejos de conceder valor al sacrificio y la contención, lo relevante es la diversión. Al lema de "la letra con sangre entra" sucede la idea de que el saber sólo se absorbe si sabe bien. Sobre esta base se desarrollan las dulces enseñanzas a domicilio, privadas y no públicas, ondulantes y no orientadas, basadas en seguir el hilo de la demanda infantil antes que planes reglamentados.

 

San Agustín, antes de convertirse al catolicismo de su madre y en pleno periodo neopagano, cuenta en sus Confesiones los tormentos sufridos aprendiendo el griego y sus gozos introduciéndose en el latín. Con el latín, dice, me guiaba "la libre curiosidad" mientras con el griego "la necesidad obligada".

 

De la libre curiosidad se alimenta también la filosofía de la escuela doméstica, variada, surtida como un mosaico, divertida e iterativa a la manera del modelo que corresponde a la cultura de consumo donde se cambia de objeto a cada instante y se avanza mediante experiencias heterogéneas, con un empleo y otro, una residencia portátil y una pareja desprotegida de la institución.

 

Migajas políticas fue el título que Hans Magnus Enzensberger eligió en 1982 para publicar una colección de ensayos entre los cuales se encontraba En defensa del profesor particular. Frente a la institución escolar con su dotación de edificios normalizados, Enzensberger trazaba un plan basado en profesores particulares para grupos de cinco a siete alumnos que recibirían las lecciones en una otra vivienda donde, de paso, aprenderían los unos de los hogares de los otros. El autor no precisaba si esos hogares pertenecían a obreros o a médicos y artistas, pero su juicio de la escuela pública no daba lugar a ninguna ambigüedad. La llamaba "lugar de opresión que no ha sido ideado ni por escolares ni por maestros, y en el que ambos grupos nunca tuvieron nada que decir. Sus construcciones fueron y son arquitectura de poder. Antes se asemejaban a colegios militares de poca monta, hoy parecen residencias fabriles".

 

Pantallas domésticas


Pero, efectivamente, cada vez menos gente desarrolla su labor en las naves de las fábricas. La manufactura sólo ocupa a un 10% o un 15% de la población en los países más desarrollados, y el resto, excepto un resto agrícola, se desenvuelve en el sector servicios, donde crece sin cesar el trabajo fuera de las oficinas, las conexiones desde cualquier lugar, incluida, efectivamente, la propia casa. ¿Será la enseñanza extraescolar el futuro de la enseñanza? Lo está siendo efectivamente ya en formidable medida, puesto que los impactos que forman la personalidad y los medios que informan son más fuertes, importantes y numerosos, en las pantallas domésticas que en las pizarras, fuera que dentro de las aulas.

¿Lo será por completo?

A la objeción de que una enseñanza particular con grupos de cinco a siete alumnos sería muy cara responde Enzensberger argumentando que, en su país, sólo un 60% del gasto para el sistema educativo público se invertía en personal. El restante 40% se empleaba casi íntegramente en la construcción y mantenimiento de los edificios escolares. Y a esto había que añadir además las subvenciones para transporte de alumnos y los costes para la burocracia, todos ellos susceptibles de ahorro mediante el nuevo sistema. Todo ello sin contabilizar el provecho que se obtendría destinando las escuelas vacías a otros fines sociales como asilos de ancianos, viviendas para los sin casa o centros de salud.

 

Pero ¿podría llevarse a la práctica un proyecto de esta naturaleza sin un grave trastorno de la cultura en general? El fenómeno se encuentra hoy mucho más favorecido por el acceso a las incontables fuentes de saber a través de Internet, por la extensión de los videojuegos educativos que, por ejemplo, ya emplean en sus asignaturas la tercera parte de los profesores del Reino Unido y a través de los cuales se avanza tanto en el conocimiento de la historia como en el alivio de la obesidad mórbida de los alumnos.

 

La interacción es la base del conocimiento o la curación. Pero, al lado de esta nueva manera de crear, asumir o intervenir ¿no parece demasiado pasiva la clase tradicional? ¿No parece demasiado mostrenco el sistema de alistar a unas decenas de estudiantes en la rigidez de un aula? Todo lo que se debata hoy sobre la enseñanza se confundirá enseguida con la más directa investigación de un nuevo sujeto y una cultura en mutación, inconteniblemente en marcha.

 


¿Existen los reyes magos?

Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el salón, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
- ¿Papá?
- Sí hija, cuéntame
- Oye quiero...que me digas la verdad
- Claro hija. Siempre te la digo.- Respondió el padre un poco sorprendido
- Es que..- titubeó Cristina
- Dime hija, dime.-
- Papá ¿existen los Reyes Magos?.-

El padre de Cristina se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?.-

La nueva pregunta de Cristina le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no se, papá,.que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tu no me engañas, pero como las niñas dicen eso..
- Mira hija efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero..
- ¿Entonces es verdad?- , cortó la niña con los ojos humedecidos.- ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen,- respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Cristina
- Entonces no lo entiendo papá.-
- Siéntate, cariño, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla.- dijo el padre mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.

Cristina se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:

Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:


- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño!. Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.-
- ¡Oh, sí!.- exclamó Gaspar.- Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.-

Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría comentó:


- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.

Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo.

El Niño Jesús que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:


- Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh, Señor!- dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas.


Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero..no podemos tener tantos pajes..no existen tantos.-


- No os preocupéis por eso - dijo Dios - yo os voy a dar , no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.-
- ¡Sería fantástico! ¿pero cómo es posible? - dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben de querer mucho a los niños?- preguntó Dios.
- Sí claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?-
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje - respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes, ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres? -

Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando cuando la voz de nuevo se volvió a oír:

Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, Yo ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen independientemente de si se portan bien o mal, simplemente por el hecho de SER NIÑOS.

También ordeno que, mientraslos niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a los padres en prueba de cariño. Y recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices. Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:

-¡Ahora sí que lo entiendo todo, papá! Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado. Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano, mientras decía:

-No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero. Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.

Autor desconocido. 
 

Todos los niños son buenos

 

La Educación en Casa

Programa emitido en Los Reporteros, Canal Sur Andalucía,
el 26 Septiembre 2003


José Chamizo, Defensor del Pueblo de la Junta de Andalucía, hizo la siguiente declaración:

"Esto no es un caso de absentismo escolar que es una educación alternativa. Entonces yo creo que aquí la aplicación de la Ley del Menor está fuera de lugar, y estoy convencido que si van a juicio o hay alguna demanda en el ámbito judicial, probablemente siempre ganen los padres o los tutores. Porque lo que dice la Constitución es que el niño esté formado. La escolarización ya se habla en lo que es el desarrollo de la Constitución, que es la legislación, digamos, de enseñanza. Por esto, y aun a riesgo de ser pesado, tengo que decir que estas situaciones hay que abordarlas desde el punto de vista de la legalidad, para que los padres estén tranquilos y para que también la educación del chaval se vea reconducida vía centro académico o centro escolar que le de la titulación que se requiere."

Además, y con referencia a casos de denuncia, el presentador del programa expresó:

"La fiscalía de menores no apreció ilicitud ni abandono de sus obligaciones en la actitud de los padres y la causa se archivó sin llegar a los tribunales. Otras denuncias similares han acabado de forma parecida."

La no escolarización, una opción educacional más

Aragón Castro , Nuria* (Sibila)
Cada vez son más las familias españolas que deciden no llevar sus hijos a la escuela haciendo para ello legalmente uso de sus derechos constitucionales. Cada una acoge un “sistema educativo” diferente, propio y personal.

Aquí Sibila, a través de su testimonio, nos muestra diversos valores que la empujan a desescolarizar a sus dos hijos.

Nombre de los integrantes de la familia, dónde viven, procedencia, edades y profesiones de los padres, edades y sexo de los niños... De estos datos, ustedes nos aportan lo que quieran.

Mi nombre es Sibila, especie de nombre iniciático de Nuria Aragón Castro (17-09-1971) y, entre las diversas cosas que hago, reivindico nuestros derechos para no escolarizar por lo que no necesito anonimato. Vivo con mis dos hijos físicos Leila (niña, 26-03-1996) y Altair (niño, 22-08-1997) que no van a la escuela ni han ido nunca ni tenemos intención de que vayan. Vivimos en la finca Amor y Vida - Amor y Luz, a unos 6 Km. del pueblo El Hoyo de Pinares, Ávila. El padre no vive con nosotros. Desde hace casi un año se vinieron a vivir a la finca más gente y estamos creando una comunidad crudivegana. Entre esa gente, hay más niños que tienen entre 3 y 6 años. Todos ellos iban antes a la escuela y han salido de ella ahora tras venirse a vivir a la finca.

Nací en Madrid-España, en una familia intelectual con un nivel socio-económico medio-alto. A los 17 años recién cumplidos me emancipé. Leila y Altair nacieron en partos naturales domiciliarios, en Fresnedillas de la Oliva (Madrid). (El padre es de El Escorial). En red alternativa podréis ver una entrevista que me hicieron al respecto.

No tengo aquello a lo que soléis denominar profesión. He estudiado varias cosas y trabajado en muchas, pero hace cuatro años decidí trabajar sólo para el Universo, por lo que simplemente hago aquello que siento. Es decir, soy una Botones del Universo.

Tengo varios libros publicados en la Editorial Mandala ("Vida Libre y Natural” -con un capítulo dedicado a la no escolarización-, "Sentimientos, dibujos y reflexiones espirituales", "Cuentos naturistas para niños y adultos", "Observando a la vida" y “ Mística en la Vida Diaria”).

Actualmente estoy terminando de escribir uno sobre la no escolarización ("Enseñanza no Oficial"). También escribo diversos artículos, acompaño partos naturales, guío satsangs, doy charlas, recolecto fruta, asesoro sobre alimentación, salud y sencillez de vida, construyo casas, educo niños, pinto, hago artesanía, etc... Depende de lo que se necesite de mi y de lo que el universo me ofrezca.

1. ¿Por qué decidieron educar a sus hijos en casa? (Quisiéramos que en la respuesta, si es posible, nos aclararan si alguna vez los niños estuvieron escolarizados, dónde y por qué dejaron de estarlo; qué opinan de la educación institucionalizada, si tienen datos de la calidad educativa de Canarias –o el lugar en el que residan-, la labor de los docentes y, en definitiva, qué opinión les merece la situación educativa en las islas –o en el lugar en el que residan-).
No escolarizo a mis hijos por infinidad de razones, ya no sólo por la calidad educativa, sino por todo lo que la escuela conlleva de valores, costumbres y polarización social además de no compartir gran parte del temario y sentir que es una manipulación de masas increíble. No las considero sanas a nivel físico, psíquico y, mucho menos espiritual. Considero que lo primero que tendríamos que hacer es buscar la Unicidad para con el Todo y, desde ahí, simplemente permitirnos Ser y entregarnos a los demás. Las escuelas no tienen esa finalidad, ni tan siquiera las alternativas y transmiten mucha inseguridad personal. Acabamos mirando a fuera y creyendo más en los demás que en nuestro propio Maestro Interno.

2. ¿Cómo tuvieron conocimiento de la posibilidad de educar a sus hijos en casa y de qué forma se vincularon a esta propuesta educativa? ¿Con qué asociaciones que defiendan esa propuesta educativa mantienen actualmente contacto y qué otras conocen?
El Planteamiento surgió ya antes de estar embarazada del padre, por su fuerte anhelo a que no castrasen a los niños. Él es muy aficionado al ajedrez. Sabía de campeones mundiales que han triunfado en su vida sin haber ido a la escuela. Yo creía que era ilegal y que, para colmo, el peso de la educación recaería sobre mí, asustándome. Ahora veo que no soy yo quien les educa, sino la vida misma. La educación viene de dentro hacia afuera, no de fuera hacia adentro. Decidí dejármelo sentir y, en cuanto los miedos se disiparon a los pocos días, deje de cuestionármelo. La escuela me parecía antinatural, una ruptura.

Estoy vinculada con crecer sin escuela y con ALE. Sé de muchas asociaciones internacionales pero no tengo contacto con ellas, sólo con gente particular que viene buscando apoyo y consulta particular del tema.

Conozco a más familias de diversas zonas pero nunca vamos a visitarlas. Nos basta con saber de su existencia, aunque hace unos meses hemos tenido contacto por e-mail con una familia que no conocíamos y vive en un pueblo relativamente cercano de Madrid, con la que queremos contactar más directamente.

3. ¿Hay otras familias en su lugar de residencia en su misma situación con las que mantenga contacto? ¿Existe algún tipo de colaboración? En caso afirmativo, explicar de qué tipo de colaboración se trata.
Hace unos meses se han venido a vivir a la finca varias familias con niños pequeños que los han desescolarizado.
¿Nuestra colaboración? Aunque independientes entre todos, formamos un sólo cuerpo, una bella familia.

4. ¿Han tenido algún problema legal? ¿De qué forma lo han solucionado?
Bueno, lo que se dice problema, no. ¿Cómo tenerlos si todo lo que hacemos es legal? Cierto que infinidad de veces nos han denunciado gente desconocedora e inocente y desde hace algo más de medio año los Servicios Sociales de Castilla y León intentaron ejercer mayor presión con 4 ó 5 visitas, varias cartas, e-mail y demás. Digamos que han estado un tanto descolocados con nuestra situación. No conocían nada similar y no sabían como actuar. Los funcionarios no se saben las leyes, tan sólo las rutinarias de uso. Por ello, la labor de los pioneros que abren camino es la de transmitírselas con amor, sin juicio, para que hagan mejor su labor y a eso nos hemos dedicado estos meses. Hace una semana, recibimos una notificación donde nos comunicaban el cierre y archivación del caso al "no existir motivos que justifiquen la acción protectora de esta Entidad Pública pues, aunque la familia tiene un estilo de vida distinto del habitual, los menores tienen cubiertas todas sus necesidades básicas, afectivas y de educación".

5. La opción por la educación no escolarizada de sus hijos, ¿ha cambiado la forma de vida familiar? ¿De qué manera?
Lo que realmente ha cambiado mi estilo de vida no ha sido la no escolarización, sino el aumento de la sinceridad y consecuencia para conmigo misma, por lo que simplemente he seguido mi camino, aquel trazado incluso antes de mi nacimiento, no habiendo ningún giro en él con la llegada de Leila y Altair y su no escolarización.

6. ¿Cuál es el método de enseñanza que aplican con sus hijos? ¿Con qué materiales educativos trabajan? ¿Tienen algún horario específico de formación? ¿Los implican con el entorno, con el lugar en el que viven? ¿Reciben algún apoyo externo a la familia? ¿Acuden a alguna academia o centro para completar su formación (idiomas, deporte, artes...)? ¿Llevan a cabo algún tipo de programación del aprendizaje? En caso afirmativo, ¿En función de qué planifican? ¿Cómo evalúan ustedes los conocimientos adquiridos? ¿En qué medida toman como referencia la educación institucionalizada?
Con ellos no aplico ningún método de enseñanza. Simplemente intento vivir del modo más puro posible e irradiarles mi Luz. Desde que nacieron me acompañan a todos los sitios a los que voy y en todo lo que hago, sea social, laboral, familiar, espiritual, asociacional, de ocio, etc... Ellos aprenden de ello lo que quieran aprender cuando lo desean aprender. Por ejemplo, el 28 de enero vinimos a Creta, Grecia y estaremos aquí en total cerca de mes y medio. Durante este mes voy acompañar un parto natural domiciliario, asesorar sobre lactancia, cuidados del recién nacido, alimentación, etc..., voy a una Iglesia Ortodoxa a ayudar a pintar frescos de iconos gigantescos, meditamos mucho, recolectamos aceitunas, hierbas diversas y leña. Leemos la Biblia, tocamos la guitarra, vamos a comprar y a la playa, contesto e-mail y cartas, escribo un libro... y todo lo hago en compañía de ellos. Si quieren también pueden aprender el idioma, geografía y arte e historia, así como matemáticas (comprando). No les llevo de turismo pero viviendo aquí respiran el arte, la historia, la sociología, la botánica y la etnología del lugar. Así es como les enseño algo. Digamos que las enseñanzas no son individuales o independientes sino que éstas van juntas, en bloque. No hay clases de idioma, música, arte, matemáticas, biología, geología, religión, historia, gimnasia... Sino que todo está integrado, es Uno. ¿Cómo buscar la unicidad para con el todo si ni nuestra propia vida está unida? Repito, para mi lo más importante es que se sientan conectados con el Cosmos, pueden ser ellos mismos y se expresen en el amor.

No trabajamos con ningún material educativo más allá del que nos ofrece la vida real del mundo de los adultos, aunque sí tenemos una enciclopedia, un buen atlas y muchísima bibliografía, espiritual, científica y literaria.

Jamás me he puesto a ninguna hora concreta a enseñarles nada. Intento contestarles a todas sus preguntas cuando surgen y dedicarles tiempo cuando me lo reclaman, bien sea para jugar, pasear, escribir, leer, meditar, charlar, bailar, pintar, hacer música, comer o lo que sea.

Están igual de implicados en mi vida y en nuestro entorno que yo. Igual de implicados en mi vida afectiva, social, laboral, intelectual, asociacionista, etc...

No recibo ningún apoyo externo de la familia ni estatal ni nada de eso.

Poseemos muchísimas amistades profundas y sinceras. Ellos se relacionan con ellas al igual que con la numerosa gente que viene a la finca, de modo independiente, no por ser mis hijos.

No acuden a ningún sitio extraoficial u academia. Bueno, acuden a la academia de la Vida y de uno mismo ¿Te parece poco?

No planificamos nada. Simplemente vivimos y nos permitimos Ser, acoger lo que el Universo nos trae tal y como nos lo trae. Vivir el Aquí y ahora...

Tampoco evalúo los conocimientos adquiridos pues, realmente, aunque te parezca borde o una burrada, no me importan. Lo que me importa es su equilibrio interno y su espiritualidad y, aún así, es su camino, no el mío. De lo que realmente he de preocuparme es de ser una persona impecable, equilibrada y serena, llena de luz, amor y divinidad. Desde ahí, irradiarles y protegerles pero no sólo a ellos, sino a todo.

No tengo para nada en cuenta la educación institucionalizada. Ya te digo, no comparto la temática de las escuelas ni su concepto de sabiduría. Para mí el más sabio no es el que más conocimientos intelectuales tiene, sino el que más recursos internos posee. La sabiduría no está en la Universidad, sino en el Ser.

Nunca he ido a informarme para mis hijos físicos de cómo funcionan las escuelas pues no forma parte de mi camino ni búsqueda ni transmisión.

7. Este modelo educativo que ustedes han adoptado, ¿de qué manera está influyendo en la socialización de sus hijos? ¿Hay alguna preocupación por reforzar los vínculos con otros niños?
No me inquieta tampoco este tema. Leila y Altair son muy sociables y se adaptan a cualquier situación. A su vez, son muy introspectivos, independientes y solitarios. Con eso me basta. Por lo que he podido ver también en otros niños no escolarizados, suele ser común de todos ellos que saben tratar a gente de todas las edades, aprender de todos y amar a todos, no sólo a los de su edad.

8. ¿Creen que esta opción educativa puede cerrarle las puertas para que, en un futuro, sus hijos puedan trabajar en lo que quieran?
No. Considero que aquel que está seguro de sí mismo y conectado con el todo es el que realmente se "come el mundo", es feliz, puede trabajar en cualquier cosa y lo hace en aquello que realmente desea.

Pienso, siento y veo que este tipo de enseñanza conlleva muchísima seguridad en uno mismo, tanto para los padres como para los hijos.

9. ¿Han pensado incorporar a sus hijos al sistema educativo reglado? ¿En qué momento? ¿Por qué? En caso afirmativo, ¿creen que habrá algún desfase en cuanto a conocimientos y que tendrán problemas de adaptación a las dinámicas escolares?
No aunque siempre será lo que ellos decidan. Es su camino, no el mío. Ellos han de seguir a su Maestro interno, no a mí. Si alguna vez me lo piden, irán a la escuela o universidad que deseen e intentaré apoyarles y ayudarles. No sé si en ese caso habría desfase de conocimientos. Supongo que sabrán intelectualmente mucho más de unas cosas y menos de otras pero, si desean aprender, aprenderán en poco tiempo.

La adaptación a las dinámicas escolares no tiene por que ser un problema si ellos aprenden desde siempre que toda acción conlleva muchas cosas, algunas deseables y otras no, aprendiendo a hacerse responsables de sus decisiones y sentimientos, así como consecuentes en ello. Moldeables y adaptables.

10. ¿Qué beneficios aporta a la familia en general, y a los niños en particular, la educación en casa? ¿Hay perjuicios o problemas?
¿Problemas? ¡Ninguno! ¿Qué es un problema? Cierto que requiere mucha mayor inversión de energía por parte de los padres pues han de estar con ellos 24 horas aunque en este caso, los padres vivimos separados y la mayor inversión de tiempo recae sobre mí, pero supongo que aunque estén los dos padres, es igual. Si eres sincero contigo mismo y con los demás, no te sientes mal ni desgastado pues no has de mantener ninguna imagen. También puede suponer más gasto económico en algunas familias pero esto no suele ser sólo por la desescolarización, sino también por el concepto de vida.

¿Beneficios? ¿Qué es un beneficio? Si consideras beneficio a aquello que te impulsa en tu caminar solventando más rápidamente la liberación de karmas con el mayor beneficio universal, permitiéndote aflorar toda la pureza de tu amor y de tu divinidad, este sendero está lleno de beneficios.

11. Nos gustaría también que opinaran los niños, comentando qué les ha aportado ser educados en casa y qué opinan ellos de la institución escolar.
Les he leído la pregunta y esto es lo que me han dicho (no he añadido ni quitado nada):
* LEILA: Me gusta que mamá está mucho para mí, que puedo estar con ella. Aquí no me castigan si hago algo mal o llego tarde. Aquí no tengo que hacer matemáticas ni cosas de esas. Confío más en lo que dice mi madre que la profesora. Si mi mamá me dice algo mal, me entra por un oído y me sale por otro pues ya la conozco.

En el cole hay que estar mucho tiempo y no puedo estar tanto con mi mamá.

Es más divertido estar en casa, puedo estar jugando todo el rato que quiera y puedo hacer lo que quiera.

En la escuela me dicen cosas que no son verdad, me lo ha dicho mi mamá y la creo.

Creo que mi vida es más espiritual en casa que en el cole.

Me parece más sabio estar en casa pues estoy mejor, no te dicen mentiras y no tengo que estar todo el rato haciendo cosas. Pienso que los padres que llevan niños al cole es porque no quieren estar todo el día con ellos o no pueden.

* ALTAIR Lo mismo que Leila. Somos hermanos igualitos. Con eso ya está."

Nuria Aragón Castro(Sibila)

Se alimenta de una luz que adereza con frutas arrancadas al aire y raíces tomadas de la tierra. En las tribus dakotas la habrían bautizado como “la que escucha el viento”, pero me consta que sus afinados oídos horadan también otros misterios. Lo escucha cada noche, cuando sus criaturas duermen y escribe sus cuentos a la luz de una lámpara de aceite. El aire de la montaña le trae la inspiración desde lejanas esferas hasta su casa de paquas de paja a la vera de la Sierra de Gredos. Sus relatos tienen el tamaño del sueño de sus hijos y algunos estiraron sus páginas hasta al amanecer. El ritmo lo marca también el viento: “piano”, “allegro” o “trepidante”, según azote con más o menos fuerza las gruesas paredes de paja.
Tiene dos criaturas rubias que apenas viste, no vacuna y tampoco empuja a la escuela. No tiene agua, ni luz, pero sus ojos arrojan kilowatios de brillo. Además del resoplido de la “tierra”, alcanzó a oír también su palpitar, sus delirios de gozo, sus noches de pena… Todo esto lo va encerrando en los libros que le está editando “Mandala”, relatos y ensayos que van testimoniando su militancia firme de lo austero, lo natural, lo hermoso.

Se llama Sibila, para más detalles atrapad y preguntad al viento.

LA ESCUELA EN CASA. Alternativa a la enseñanza ordinaria

Marilín Gonzalo/D.Vila*

Alternativa a la enseñanza ordinaria

El homeschooling o el “educar en casa” es una opción pedagógica que cada vez cuenta con más adeptos en Estados Unidos, Australia o Canadá. Con un tímido avance en Europa, está respaldada por un movimiento de padres en desacuerdo con el sistema educativo tradicional que quieren hacer valer el derecho a educar a sus hijos en el hogar. Es una alternativa no regulada en todos los países, que en muchos casos arroja resultados positivos, pero que también es rechazada por aquellos que consideran la escuela como el primer ámbito de socialización.
En Estados Unidos el número de niños homeschoolers ha pasado de unos 50.000 a mediados de los ochenta a más de 1,5 millones en la actualidad, un crecimiento que se ha multiplicado por cinco desde 1993, cuando este movimiento ganó su última batalla legal. No hay que olvidar que hasta hace bien poco la educación en casa era una actividad casi clandestina, sin ningún reconocimiento legal o respaldo jurídico. En 1983 nació la Asociación de Defensa de la Escuela en el Hogar, para promover el reconocimiento de esta alternativa desde el punto de vista legal y defender a las familias ante los tribunales. El crecimiento de sus partidarios en los países citados –es decir, de aquellos que están en desacuerdo con la educación que imparten los establecimientos públicos de enseñanza– ha llevado a jueces y fiscales a aceptar este modelo de formación al margen de las aulas.
Mientras que en EE.UU, Canadá, Australia o Nueva Zelanda el homeschooling cuenta con un estimable porcentaje de adeptos y dispone de regulación, en Europa el Reino Unido actúa como punta de lanza, con más de 10.000 escolares que se forman en casa. En Francia se obliga a los padres “educadores” a respetar fielmente el programa nacional y a los inspectores a controlar los estudios de estos niños. En Italia, Portugal, Bélgica, Dinamarca, Irlanda o Luxemburgo se reconoce el derecho de los padres a esta opción pedagógica, pero en Alemania la ley prohíbe el homeschooling –aunque crece cada año– y en Holanda las autoridades rechazan el 90 por ciento de solicitudes.
Esta práctica no está regulada en España ni tiene respaldo legal. Desde 1990 el sistema educativo contempla la “obligatoriedad” de la enseñanza hasta el final de la ESO, un principio recogido en la LOGSE que no ha variado con la Ley de Calidad. A pesar de que todo alumno cuya edad esté comprendida entre los 6 y los 16 años debe estar escolarizado, la Constitución reconoce el derecho de los padres a elegir el tipo de educación para sus hijos, algo que, según los defensores del homeschooling, brinda suficiente fundamento jurídico para educarlos en el hogar. La Administración tiende a ejerce un control sobre estos niños “desescolarizados”, sobre todo para descartar una situación de desamparo del menor. Por ejemplo, en 1999 la Junta de Andalucía llevó a los tribunales a una familia almeriense cuyo hijo no acudía al colegio, pero el informe del fiscal no apreció indicios delictivos, al contrario, se comprobó que los padres dedicaban un tiempo razonable al aprendizaje del niño, que estaba perfectamente atendido.
Los métodos de enseñanza en casa son muy diversos, aunque por lo general, son los padres los encargados de desarrollar las “directrices educativas”. Chris vive en California y tiene tres niños que no van a la escuela; ella es la encargada de diseñar un programa educativo que incluye: estudiar matemáticas, español, leer, escribir cartas a amigos o aprender sobre personas, lugares y cosas. También hay espacio para nadar, montar en bicicleta, escalar, correr, cocinar y participar en coros. Además, toman clases de judo, arte, dibujo científico, ajedrez, costura, improvisación, biología marina y fotografía.
Xabier Alá, padre de tres niños de 12, 9 y 5 años y profesor de instituto en Cataluña, decidió hace tiempo iniciar el camino del homeschooling. Así, dos de sus hijos están matriculados en el colegio estadounidense “Clonlara School”, que brinda educación a distancia, y en el que Alà colabora como responsable en España. “Utilizamos todos aquellos recursos a nuestro alcance: bibliotecas, museos, exposiciones, conciertos, parques, zonas deportivas públicas, el entorno natural y urbano y las nuevas tecnologías… Tenemos también muchos libros en casa y habilidades e intereses complementarios que podemos aprovechar.”
Sobre la formación que puede adquirirse sin necesidad de acudir a un aula ordinaria opina David Kornegay, padre de dos hijas de 18 y 16 años que nunca han acudido a la escuela: “creo que son bastante cultas para su edad, algo que les viene sobre todo de su amplia lectura de clásicos y revistas, de las muchas conversaciones que hemos mantenido, de algunos viajes familiares y de nuestra insistencia en que llegasen a dominar dos idiomas al mismo nivel”. Kornegay es profesor en un pueblo de Sevilla y responsable de Crecer sin Escuela, un punto de encuentro para homeschoolers.
Aunque no existen estadísticas al respecto, según varias fuentes las familias que educan a sus hijos en casa son unas doscientas en toda España, un número que surge de la cantidad de miembros adscritos a las distintas asociaciones y redes de apoyo, entre ellas, la Asociación para la Libre Educación (ALE) –primera organización registrada en España de familias que educan en casa–, la sede en nuestro país de “Clonlara School” y la citada Crecer sin Escuela.

Descubrir más que enseñar
El homeschooling no significa trasladar la escuela a casa”, aclara Kornegay. “Aunque hay padres que confeccionan un programa de contenidos, reproduciendo de alguna manera la metodología escolar, la mayoría dice preferir mayores grados de libertad, y dejar de lado el `enseñar´ para dar más espacio al `descubrir´ junto a sus hijos.” Estos alumnos suelen tener entre sus principales actividades los viajes y las visitas a museos, exposiciones, parques, conciertos, instalaciones deportivas, acontecimientos culturales y parajes naturales. En este sentido sus padres consideran que están más conectados con la realidad cultural de su comunidad y de su entorno que otros chicos.
La planificación de actividades que existe en la escuela tradicional se traduce en libertad y también en compromiso en el homeschooling. La norteamericana Chris habla sobre la forma en que aprenden sus hijos: “leemos muchos libros. Muchas veces hacemos arte basados en un libro que leemos, o buscamos la localización en un atlas, luego vienen otros libros sobre la zona, el país, o la etapa histórica... El año pasado alquilamos muchas películas clásicas y musicales. Después, los niños decidieron que querían leer los libros en los que se basaban esas películas, y discutíamos por qué el director había elegido dejar fuera partes o cambiar algo”.


En España es una práctica no regulada

John Holt, considerado uno de los precursores del homeschooling, cree que la ventaja de este método es que no requiere que “el padre se convierta en alguien diferente”, por ejemplo, en un profesor que vierte conocimiento sobre sus hijos de forma planificada. “Se vive y se enseña a la vez, utilizando preguntas e intereses cuando vayan surgiendo, es la manera en que aprendemos antes de empezar la escuela y después de dejarla, cuando entramos en el mundo del trabajo. Ciertamente estos intereses pueden llevar a leer textos, tomar cursos, o hacer proyectos, pero la diferencia esencial es que estas actividades son elegidas y en ellas se compromete libremente el estudiante.”
Los padres de estos alumnos “desescolarizados” argumentan que, por ejemplo, la lectura o hacer ecuaciones no son procesos “naturales” y que los niños aprenden cuando para ellos tiene sentido hacerlo y no cuando alcanzan una edad determinada o cuando están obligados. De ahí que no sea inusual encontrar homeschoolers que tienen apenas ocho años y estudian astronomía, y que con diez comienzan a aprender a leer.
Esta opción educativa implica una nueva organización de la vida familiar. Los padres no se limitan a ejercer de profesores unas horas por día, sino que todas las experiencias son aprovechadas para aprender, lo que requiere mucha dedicación. El hecho de elegir esta opción en la mayoría de los casos implica que “el padre o la madre renuncian a un trabajo remunerado fuera de casa para atender las necesidades de educación de sus hijos”, según explica Azucena Caballero, presidenta de ALE. Sin embargo, el principal obstáculo para educar en casa se encuentra en la reacción del entorno de la familia y de una sociedad “en la que todo se delega” y a la que le cuesta entender que alguien asuma este tipo de responsabilidad.

Dudas sobre la escuela tradicional

La mayoría de estos padres se inclina por una formación integral lograda a partir del “placer de aprender”. Muchos están a favor de la libertad educativa.
En la comunidad de homeschoolers hay diferentes ideologías, creencias, metodologías y fundamentos. Fueron los grupos religiosos conservadores quienes primero adoptaron esta modalidad educativa en Estados Unidos, aunque hoy son muchas las familias de toda inclinación religiosa y política las que escogen este tipo de educación para sus hijos. Tanto los responsables de ALE como de “Clonlara School” indican que un porcentaje importante de familias ha llegado a la escuela en casa después de experiencias traumáticas en la escolarización de los hijos. Estudios realizados por el Instituto Nacional de Investigación sobre la Educación en el Hogar de Salem (Oregón) indican que la religión es una de las principales razones de esta opción pedagógica, aunque también cuentan otros motivos como dudas sobre la calidad académica de los colegios tradicionales, la preferencia de una educación individualizada, el estrechar los lazos familiares o mitigar la influencia negativa de otros compañeros.
La mayoría de estos padres se inclina por una formación integral lograda a partir del “placer de aprender”. Muchos están a favor de la libertad educativa, y en contra del sistema público tradicional. Lo confirman los catalanes Anna y Josep, –pioneros padres homeschoolers de 15 hijos, el mayor de los cuales tiene hoy 30 años–, que decidieron educar en casa por “no encontrar escuelas realmente laicas, no consumistas y respetuosas con la diversidad de pensamiento”.
Azucena Caballero apunta que en España “prácticamente todas las familias que educan en casa tienen en general un nivel cultural medio-alto, y sienten como propio el derecho de educar a sus hijos sin tener que delegar de forma obligatoria en el Estado”. En general, dentro del movimiento homeschooler a nivel mundial, son muchos los padres que cuestionan seriamente no sólo la calidad del sistema educativo tradicional, sino la escuela misma, tanto pública como privada. “Los alumnos –dicen– terminan siendo unos expertos en aprobar exámenes, pero no lo son necesariamente en conocimientos o cultura”. Un grupo de familias adscrito a ALE piensa que el principal problema de la escuela radica “en la metodología obligada por la estructura escolar, que implica el contacto sólo con iguales durante la mayor parte del día, la obligación de seguir el ritmo y la secuencia de aprendizaje que decide el enseñante, sin poder atender los intereses personales”. Otros consideran que “probablemente el papel social más importante que cumple la escuela es de servicio de guardería”.
Sobre el rendimiento escolar de estos alumnos “desescolarizados” circulan muchas teorías, aunque los padres homeschoolers sólo observan virtudes en sus hijos: desarrollo de la creatividad, espíritu crítico, ausencia de miedo a fracasar, ingenio para afrontar situaciones nuevas, y capacidad de comprensión y comunicación de igual a igual con personas de todas las edades. Algunos estudios llevados a cabo en Estados Unidos apuntan que estos niños obtienen resultados muy superiores al promedio nacional en las pruebas a las que se les somete, pero otras investigaciones señalan que sus padres hacen pasar a sus hijos por dichas pruebas cuando están seguros de que las superarán con éxito

La socialización
Los padres homeschoolers comentan que la primera objeción que plantean las personas cuando se les dice que ellos educan a sus hijos en casa es la cuestión de la socialización. Muchos pensadores coinciden en que la escuela significa el primer contacto del niño con la sociedad. En este sentido se dice que la escuela cumple una función de socialización, lo que significa que reproduce ciertos valores, conocimientos y formas de comportamiento en los miembros de la sociedad para contribuir a la reproducción de ésta. Anna y Josep creen que “desde siempre, los niños se han socializado tratando con niños de diferentes edades, adultos y ancianos de su entorno. La socialización a través de iguales de la misma edad, –la que se da en la escuela– es relativamente moderna y no ha demostrado ser mejor que la otra”.El capítulo de la socialización parece preocupar más a sus interlocutores que a los propios padres de estos chicos. Dado que las actividades de los homeschoolers implican una multiplicidad de actividades en distintos ámbitos, los padres destacan que los niños “desescolarizados” suelen relacionarse con bastantes más personas que los niños que van a la escuela. La Asociación para la Libre Educación confirma estas vivencias y agrega que “prácticamente todas las familias que educan en casa creen que sus hijos tienen más habilidades sociales que los niños escolarizados por cuanto se relacionan con más naturalidad con personas de todas las edades”.

EUROPA, UNA VISIÓN DESIGUAL

Mientras que en EE.UU, Canadá, Australia o Nueva Zelanda el homeschooling cuenta con un estimable porcentaje de adeptos y dispone de regulación, en Europa el Reino Unido actúa como punta de lanza, con más de 10.000 escolares que se forman en casa. En Francia se obliga a los padres “educadores” a respetar fielmente el programa nacional y a los inspectores a controlar los estudios de estos niños. En Italia, Portugal, Bélgica, Dinamarca, Irlanda o Luxemburgo se reconoce el derecho de los padres a esta opción pedagógica, pero en Alemania la ley prohíbe el homeschooling –aunque crece cada año– y en Holanda las autoridades rechazan el 90 por ciento de solicitudes.
Esta práctica no está regulada en España ni tiene respaldo legal. Desde 1990 el sistema educativo contempla la “obligatoriedad” de la enseñanza hasta el final de la ESO, un principio recogido en la LOGSE que no ha variado con la Ley de Calidad. A pesar de que todo alumno cuya edad esté comprendida entre los 6 y los 16 años debe estar escolarizado, la Constitución reconoce el derecho de los padres a elegir el tipo de educación para sus hijos, algo que, según los defensores del homeschooling, brinda suficiente fundamento jurídico para educarlos en el hogar. La Administración tiende a ejerce un control sobre estos niños “desescolarizados”, sobre todo para descartar una situación de desamparo del menor. Por ejemplo, en 1999 la Junta de Andalucía llevó a los tribunales a una familia almeriense cuyo hijo no acudía al colegio, pero el informe del fiscal no apreció indicios delictivos, al contrario, se comprobó que los padres dedicaban un tiempo razonable al aprendizaje del niño, que estaba perfectamente atendido.

La educación, tarea colectiva

La escuela en casa genera también ambigüedad y críticas muy adversas. Una encuesta realizada en 1997 por el Instituto Gallup destacaba que el 57 por ciento de los norteamericanos veía “no conveniente” este tipo de educación. “Los programas de enseñanza en el hogar no pueden brindar al alumno una formación completa”, señalan también los responsables de la Asociación de Educación Nacional de Estados Unidos, país donde la Asociación Nacional de Directores de Escuelas Primarias ha advertido sobre la responsabilidad de los padres “no sólo en los resultados académicos, sino también en el desarrollo social y emocional” de sus hijos.
Aquí en nuestro país el homeschooling genera también opiniones negativas. Según Miguel Recio, responsable de Política Educativa y Estudios de la Federación de Enseñanza de CC.OO. “el movimiento a favor de la desescolarización está protagonizado en los países desarrollados por familias de alto nivel económico, para las que la escuela no es un lugar de acceso a oportunidades, ya que el entorno familiar se las facilita. Estas familias critican una educación que no es personalizada, que no respeta la atención a la diversidad y en la que la participación de los padres es escasa y poco efectiva”. Recio cree que la alternativa individual no es la solución. “Para una adecuada socialización –agrega– es fundamental el grupo de iguales. Para la educación la familia es necesaria, pero no suficiente. Tiene derecho a exigir las mayores cotas de participación e intervención en la escuela, lo que está recogido en el artículo 27 de la Constitución, pero la educación es una tarea colectiva y se da en ese entorno privilegiado de experiencias llamado escuela, colegio o instituto”.No sólo contenidos
De forma similar opina Alfonso Hervás, vicepresidente de la FAPA "Francisco Giner de los Ríos”, quien considera que los objetivos de la educación obligatoria no son sólo el aprendizaje de una serie de contenidos científicos y humanísticos. “Algunas familias podrían llegar a pensar, con razón, que si sólo importa ese nivel de conocimientos, sus hijos ganarían tiempo estudiando en su propia casa, bien asistidos por sus propios padres o por profesores tutores particulares (pagados por esas mismas familias), bien a través de medios informáticos. Pero por encima de esos conocimientos –añade-, el objetivo de la educación obligatoria es la socialización del individuo para permitir su plena integración en la sociedad. Ha sido un logro de la civilización el considerar la educación un derecho de la infancia. Ese derecho no puede arrebatárseles a los niños y las niñas en nombre de la libertad de los padres: pueden elegir a qué colegio les mandan, pero no si les mandan o no”.
Para José Pérez Iruela, secretario de Enseñanza Pública de FETE-UGT, muchos de los padres que deciden convertir el hogar familiar en escuela para sus hijos, al margen de los centros y del sistema educativo, aducen como razón la eficacia de este método porque suponen que su ayuda es más beneficiosa para el desarrollo cognitivo de los niños. “Esta idea –dice– no está exenta de cierto clasismo porque recuerda a la nobleza que contaba con sus propios tutores para los niños. A pesar de la desaparición de este tipo de segmentación social, sigue habiendo padres que creen que el grupo será negativo para su hijo”. FETE-UGT considera que la socialización no se puede reducir al ámbito de la familia. “La vida de unos niños con otros es enriquecedora; además los profesores desempeñan un papel fundamental en edades tempranas puesto que los niños crean parte de su mundo a través de los adultos.” Pérez Iruela considera que los horarios escolares acostumbran a los menores a crear una disciplina en cuanto a distribución del trabajo y el ocio, las tareas les enseñan a ser responsables con su propio trabajo. ”Un niño que no cuente con el contacto social de otros niños y adultos será como mínimo un niño socialmente inadaptado.”


* Artículo publicado en la Revisa MUFACE Nº 192 otoño 2003 null"