Cuando el colegio empieza en el momento que papá y mamá deciden
20minutos.es DIANA SÁNCHEZ. 14.09.2009 - 08.08 h
- Muchos padres optan por no escolarizar a sus hijos y educarlos en casa.
- El matrimonio Branson-Sánchez fue acusado de abandono del hogar.
- "Un niño educado así es un niño burbuja", dicen los profesores.
- "Es importante que interactúen con otros", dicen los psicólogos.
La cuenta atrás ha finalizado. Muchos niños y niñas regresan estos días al colegio. Solo una minoría comienza las clases cuando papá y mamá quieren. Son los alumnos que estudian en casa, tutelados por sus padres, que han decidido no inscribirlos en ningún centro educativo.
No existen cifras de cuántos son, aunque son muy activos en Internet, donde comparten recursos y vivencias; pero oficialmente no existen para el Ministerio de Educación.
Las razones que argumentan los padres para optar por esta forma de enseñanza son variadas. Algunos, como los que se engloban en Educandoenfamilia, buscan “una educación personalizada y completamente flexible en espacio, forma y tiempo”. Otros, como las familias reunidas en la Asociación para la Libre Educación, entienden que “la educación debe responder a un abanico de necesidades” y buscan cambiar el marco legal actual, de manera que esta forma de enseñanza reciba el reconocimiento del que goza en países como Francia, Inglaterra o EEUU, donde el homeschooling está ampliamente establecido.
"Educación es sinónimo de escolarización"
La situación en España es de vacío legal. Por un lado, el ministerio de Educación “no contempla la escolarización en casa” y habla de “una escolarización del 100%” para justificar la falta de un registro de las familias que educan a sus hijos en casa. “La escolarización en España es obligatoria, lo dice la LOE, y además esta escolarización se entiende como relación con otras personas” explican a 20minutos.es desde el ministerio. Es decir, la educación sería sinónimo de escolarización, sinónimo a su vez de socialización.
Padres denunciados
Sin embargo, los padres apelan a la Constitución Española y a la Declaración de Derechos Humanos para hacer valer su derecho a elegir libremente la educación que consideren mejor para sus hijos. Estas posturas, aparentemente enfrentadas, provocan situaciones conflictivas y denuncias que se archivan, precisamente por la falta de regulación al respecto. Hace unos meses un matrimonio de Irún, los Branson-Sánchez, adquirieron cierta notoriedad al tener que hacer frente a una denuncia de la Fiscalía de Menores del País Vasco. Ketty Sánchez y Michael Branson, que regentan una academia de idiomas en el centro de Irún, fueron acusados de abandono del hogar y de desobediencia a la autoridad por educar a sus cuatro hijos, de 7 a 14 años, en casa. “Fueron acusados de abandono del hogar y desobediencia a la autoridad por educar a sus hijos en casa”
Su caso fue archivado porque la Fiscalía entendió que “la no asistencia a un centro educativo oficial contraviene normas de carácter administrativo, pero no penal”, además se les reconocía que su forma de educar no implicaba que estuvieran dejando de cumplir sus deberes como padres. Para la Fiscalía tampoco quedaba demostrado que pudieran “perjudicar el futuro de sus hijos”.
Ketty Sánchez atiende a 20minutos.es por teléfono. Su odisea judicial se cerró después de tres años; pero el debate sobre su opción de educar a sus hijos en casa sigue abierto. “La gente del País Vasco ha entendido bastante bien lo que hacemos; ve que somos gente normal, que tenemos un trabajo, que nuestros hijos tienen una educación, se han abierto de mente”.
Para Ketty, el problema es que el ministerio no reconoce esta forma de enseñanza, de hecho tienen a sus hijos matriculados en EEUU, en un colegio de educación a distancia. “El ministerio solo contempla la educación a distancia para casos especiales, como niños enfermos, artistas… si no caes dentro de esta categoría no te reconocen. Deberían abrir esta forma de educación a distancia para todo el que quisiera. Además sería bueno para ellos también, porque sería una manera de que pudieran controlar la educación que damos a nuestros hijos”. Yo puedo explicarle a mi hija en 15 minutos algo que llevaría cuatro horas en el colegio
En cuanto a las posibles carencias que puedan tener ellos como profesores, Ketty se defiende asegurando que cubren las mismas áreas “quizá con más amplitud. Yo puede explicar algo en 15 minutos que quizá lleve cuatro horas en un colegio. Mi hija de 14 años toca ya tres instrumentos y lleva más de 14 páginas escritas de un cuento que empezó el otro día. Nuestros hijos desarrollan sus mejores puntos, sin tanto estrés”.
Una vez por semana se reúnen con otras cuatro familias que educan a sus hijos en casa. En total se juntan 14 niños de distintas edades, “así nuestros hijos realizan actividades con otros niños”, además del “fútbol” y otras actividades en las que los chavales están integrados. En cualquier caso, aclara Ketty, “el mayor centro socializador es la familia”.
¿Y qué ganan unos padres que dedican gran parte de su tiempo a educar a sus hijos? "Estar más cerca de ellos y conocerlos mejor. Ellos están más seguros, hemos notado un cambio positivo en nuestra relación", concluye Ketty.
"Un niño así es un niño burbuja"
Para Juana Domínguez, con más de 35 años de experiencia como profesora de instituto y ex directora de un Centro de educación del profesorado en Ávila, este tipo de educación convierte a los alumnos en niños burbuja. “Yo parto de la definición de Aristóteles, de que el hombre es un animal político, es decir, social. Un niño así es un niño burbuja, está aislado, seguramente muy protegido de las cosas muy negativas; pero que son al mismo tiempo las que lo están educando, le están llevando a saber lo que es la realidad”.
Para esta profesora, un niño que es educado en casa por sus padres recibirá la influencia de dos o tres adultos, “mientras que un niño escolarizado será educado por diferentes profesores a lo largo de su vida, que le mostrarán diferentes formas de ver las cosas, diferentes métodos de acercamiento a los problemas, al saber, todo eso le está amueblando la cabeza, le está enriqueciendo”, además, prosigue, “por parte de sus compañeros, el niño va a aprender otras formas de expresarse, estará en contacto con niños que harán otras preguntas, que reaccionarán de formas distintas… El niño aprenderá compañerismo, tolerancia, a respetar al otro”. La variedad de profesorado a lo largo de la vida enriquece al alumno, le ayuda a amueblar la cabeza
Ni siquiera el que se alegue un bajo nivel educativo de algunos centros justificaría para Juana el que se eduque en casa. “Ahora la educación está peor, pero no en una situación tan mala como para llegar a esto. Así todo, esta educación será mejor que estar metidos en una burbuja, en la que se pueden tener amigos, pero no compañeros de estudios, y en la que los amigos serán amigos elegidos por los padres”.
"Para algo se han inventado los colegios"
Parecidos argumentos maneja el psicólogo educativo Jesús Ramírez. Para él esta forma de educación “tiene pocas ventajas”, porque “los padres pueden tener especialización en cierta área o en cierto momento evolutivo; pero su nivel de conocimientos es inferior al que tienen los profesores en los colegios”, además, para este psicólogo, “es importante que los chavales interactúen con otros y se sociabilicen” y aclara que este argumento “también serviría para estar en contra de la educación diferenciada por sexos”.
Para Ramírez las cualidades que un niño desarrolla en un colegio son muchas, “para algo se han inventado”, dice. “En el colegio se cuida el desarrollo personal de cada alumno y se potencian sus cualidades, algo que es muy difícil de hacer en casa”.
¿Educar en casa o en los colegios con los profesores? La polémica continúa.
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