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Educación casera

LAURA FREIXAS

¿QUIÉN PROTEGE la libertad y el derecho de los hijos? ¿Acaso son propiedad privada de sus progenitores?

Ha pasado casi desapercibida una concentración que tuvo lugar el pasado día 14 en la plaza Sant Jaume bajo el lema Por el reconocimiento de la educación en familia y, sin embargo, puede ser el principio de algo que dé mucho que hablar en los años que vienen. Pues ya se sabe que lo que empieza en Estados Unidos termina llegando tarde o temprano a estos pagos, y allá hay una corriente importante de lo que en inglés se llama homeschooling o escolarización en el hogar. Más de un millón de niños estadounidenses son educados en casa, lo que representa el 2,2% de la población en edad escolar; no es que sea un porcentaje muy alto, pero está creciendo: en el 2003 eran un 29% más que en 1999.

El homeschooling es un movimiento que empieza a finales de los años 60 y se justifica con argumentos típicamente americanos: cada persona - o cada familia- es única, diferente; la libertad individual es el valor supremo; cuanto menos intervención estatal, mejor. "La educación en el hogar", afirman sus defensores en una de sus páginas web, "reduciendo al mínimo la interferencia del gobierno, ha producido estudiantes bien preparados a un coste mucho menor que el de cualquier programa gubernamental". Aseguran que "la casa, la iglesia, el barrio, los amigos, los medios de comunicación, el centro comercial... son todos ellos instituciones educativas" y producirán "niños más sofisticados culturalmente que aquellos cuyas experiencias de aprendizaje se limitan a la escuela", una escuela en la que además, se quejan, abundan la droga, el sexo precoz y la violencia. Pero, de hecho, en todas las encuestas lo que aparece como motivación fundamental es la de orden religioso: el homeschooling es básicamente una expresión del fundamentalismo cristiano.

Aunque su versión española, la Asociación para la Libre Educación, afirma "no vincularse a ningún movimiento político, confesional o pedagógico" y cita como ejemplos de educación casera a Federica Montseny y a Mercè Rodoreda, al abordar la pregunta de por qué algunas familias eligen la educación en el hogar, la primera repuesta alude a "razones religiosas o ideológicas".

Sabemos por los historiadores que en los últimos siglos la familia se ha ido reduciendo - de varias generaciones y grados de parentesco reunidos bajo el mismo techo a sólo los padres y los hijos- y encerrando en sí misma. Pero la sociedad europea ha sabido crear instituciones, servicios, espacios, normas... de carácter público que compensaban esa atomización. Ahora, cada vez más, se abre paso entre nosotros la mentalidad individualista americana, que esgrime como bandera la libertad y el derecho de los padres. Pero ¿quién protege la libertad y el derecho de los hijos? ¿Acaso son propiedad privada de sus progenitores? Si aceptamos la educación en el hogar, ¿quién les garantizará la libertad de frecuentar a otras personas, acceder a otros conocimientos, entrar en contacto con otros valores, que no sean los de su familia (que en cualquier caso siempre tendrán en casa)? ¿Y el derecho a encontrarse en igualdad de condiciones, a tener el mismo punto de partida, que el resto de su generación? Eso por no hablar de cómo la proliferación de educaciones variopintas nos iría privando de una identidad compartida, de un terreno común, del sentimiento de formar parte de una colectividad...

Yo, desde luego, si mis padres me hubieran impedido ir a la escuela, el día que cumpliera la mayoría de edad me iría directamente a la comisaría más próxima a ponerles una demanda por secuestro.

2 comentarios

luna marcén del hoyo -

La verdad es que no había leído, aún, el contenido de este artículo, pero ahora, que si lo he hecho, pues, en primer lugar, mi inconsciencia podría hacerme caer en un crítica hacia Laura Freixas pero mi atención a lo que se mueve en mí por lo que percibo del exterior me ha servido, en este caso, para que no haya sido así y estos momentos son los que me hacen vivir lo maravilloso que es todo.
Gracias Laura.
Su opinión es tan sana o no sana como la mía, sólo es una opinión más que merece tanto respeto como la que más a ser escuchada; respeto plenamente su opinión pero no la comparto, no voy a entrar en intentar convencer a nadie de nada simplemente daré mi punto de vista sobre lo que para mi significa "educación casera" por utilizar el mismo término que Laura, pues para mí, las palabras son meros condicionamientos, la verdad está en el corazón y esa no se puede contar, hay que experimentarla, mi hija no asiste, aquí y ahora, a ningún espacio para que los niños tengan que hacer lo que les dicen o no, y no estoy diciendo ni si esto es mejor o peor, ni si la actuación de los adultos en esos espacios les puede gustar o no a los menores; pues bien para mí la "educación casera" es una de las responsabilidades de ser madre, en mi caso, soy madre y ¿porqué? porque soy mujer y una de las opciones de ser mujer es poder ser madre (y si fuera hombre pues sería padre por ser hombre y
porque una de las opciones de ser hombre es poder ser padre), y ya que yo elijo ejercitar el derecho a ser madre por ser mujer y de una manera consciente y libre, pues asumo la responsabilidad de hacerlo de la mejor manera posible, a mí entender, y porqué, porque en mis manos está la felicidad de un nuevo ser con los mismos derechos que yo, pero que depende de mí para muchas cosas, hasta que llega el momento que ya no es así; esta manera consiste en estar atenta a mi interior y trabajar en localizar mis comportamientos generados por mi inconsciencia (puntos de vista, opiniones, gustos, preferencias, manías, etc.) aceptarlos y trascenderlos y no transmitirlos ni consciente ni inconscientemente, y ya no tengo nada más y nada menos a que dedicarme para realizar mi papel de madre. Luego puedo perderme en metodos de alimentación, educación, socialización, salud, juegos, etc., que también lo hago pero en segundo plano y cada vez menos, mi inconsciencia todavía no es igual a
cero; mi experiencia me dice que mi hija crece como ser humano, en ciernes, que es lo que es, cuando yo también crezco como ser humano, en ciernes, que es lo que vivo que soy; para mí la única profesión que existe es crecer como ser humano, también considero que es la más difícil porque no tiene manuales ni se estudia en ninguna universidad y además la sociedad en la que vivimos, aquí y ahora, no lo apoya, pero reconozco en mi experiencia propia (que al final es de lo único que podemos realmente hablar con conocimiento de causa, de nuestras propias experiencias) que es la más gratificante de todas.gracias
Aparte de fiestas, comilonas, juergas, viajes, vacaciones, compras, regalos, prisas, ropas, adornos, luces, problemas, cansancio, cuentas de banco, etc. que todo eso es admirable para quien lo vive así, un instante de silencio exterior y sonido interior en tu corazón, a solas....donde quieras....un instante...eso eres tú, corazón, amor, expansión, alegría, y eso somos todos, es decir, todos estamos unidos porque somos igualmente amorosos y maravillosos. FELIZ NAVIDAD. luna

Luisa -

Nosotros jamas vamos a impedir a nuestras hijas ir a la escuela, pueden regresar cuando lo deseen. No las tratamos como nuestra propiedad privada, las escuchamos y consideramos y tenemos muy en cuenta su estado de animo y su motivación para aprender, eso en la escuela es imposible. Sin embargo, si reconozco el temor que se queden descolgadas de las personas de su generación, pero si miras de cerca y no desde lo abstracto, las generaciones no son homogeneas, ni los desarrollos personales, ni las formas de enfocar la existencia, ni los medios para subsistir, etc. Y sobre todo porque dada la coyuntura historica que vivimos vemos que la"generacion" va encaminada y sustentada en valores que van en contra de la misma vida, y eso es muy peligroso, de ahí que muchas familias de una manera u otra nos desmarquemos.
Luisa (Asturias)