Unos padres canarios piden darle clase a su hijo en casa
La Consejería estudiará las circunstancias de la solicitud para ver si es posible que el niño no vaya al colegio
La Opinión de Tenerife Lunes 12 de noviembre de 2007
MARÍA PLASENCIA | SANTA CRUZ DE TENERIFE
La Declaración Internacional de Derechos de los Niños recoge la protección constitucional del derecho a la educación de todos los menores. Además, España obliga a la escolarización de todos los niños hasta al menos los 16 años, cuando concluye la Educación Secundaria Obligatoria. Sin embargo, esto no impide que haya padres que confían en poder dar a sus hijos la educación que merecen y solicitan ante la Administración educativa que les permitan a los alumnos abandonar el centro escolar y recibir las clases en el hogar.
Esto también ha ocurrido en Canarias, puesto que recientemente una familia de La Gomera ha pedido ante la Consejería regional de Educación impartir la educación de su hijo en casa. Así lo ha explicado el director Territorial de Educación , José Zenón Ruano, quien añadió que "ya se ha solicitado el informe pertinente a la Inspección". Ruano ha informado de que el procedimiento que se sigue en estos casos implica "analizar las causas por las que la familia ha decidido realizar esta situación, puesto que en algunos casos se puede permitir".
En ese sentido, el director Territorial de Educación ha considerado que "no es la opción que más barajamos, sólo se aceptaría en casos muy excepcionales" y ha añadido que "en estos momentos tendremos que analizar, conjuntamente con el Ministerio de Educación, las causas que han llevado a esta familia a realizar la petición".
José Zenón Ruano ha incidido en que "no es una situación normal y no se suele aceptar" puesto que, según ha entendido, "la escuela no sólo tiene una labor de formación o de educación, sino que también cumple importantes funciones de socialización de los menores". "Aún así, cuando se acepta que la educación la impartan los padres, hay que pedirles determinadas garantías para que se cumpla el derecho de los menores a la educación", ha añadido.
Petición o absentismo. Además, el director Territorial de Educación ha recordado que "hay que diferenciar a los padres y madres que nos solicitan dar las clases a sus hijos en casa y aquellos casos de absentismo que se detectan en los centros escolares y que son mucho más preocupantes". En ese sentido, Ruano ha recordado que "cuando un menor no asiste con regularidad al centro, se debe dar cuenta a los servicios sociales del ayuntamiento correspondiente, que realiza el informe oportuno" pero ha señalado que "en estos casos, lo que hay es más dejadez de los padres que intención de educarles en casa".
Posible con capacidad y disponibilidad
El hecho de que los padres y madres decidan educar a sus hijos en casa puede, como todo, tener varias visiones. En el caso del catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación, Esteban Torres , "incluso puede tener aspectos positivos, pero todo tiene su riesgo".
Así, el profesor de la Universidad de La Laguna considera que "en una primera reflexión, es de valorar que en la época en la que vivimos los progenitores realmente se impliquen en la educación de sus hijos", puesto que según entiende "hoy en día por lo general los padres se lavan las manos".
Sin embargo, Torres asevera que "hay que tener en cuenta muchas cosas antes de optar por una postura en contra o a favor, como por ejemplo la capacidad real que tienen los padres de dar a sus hijos la educación y formación competitiva que se requiere en la actualidad". "Si fuera así, y siempre que la disponibilidad de los progenitores lo permita, no tiene por qué haber ningún problema", recalca el catedrático, para el que "también hay que tener en cuenta que esa formación se debe completar con algún tipo de actividad que no impida a los menores la socialización que les imprime acudir a un centro escolar".
Teniendo en cuenta las tres variables de capacidad, disponibilidad y complementación, "lo único que le queda a la Administración por hacer es garantizar que efectivamente el menor está recibiendo una educación acorde con los valores que recoge la norma, y especialmente la Constitución", añade.
Por eso, Torres argumenta que "según las circunstancias especiales de cada familia, se puede aceptar que el niño no acuda al centro escolar" pero advierte del "peligro" que puede conllevar esta situación y que sitúa en que "al final, puede ocurrir lo que ha ocurrido siempre y es que sólo uno de los dos entregue su tiempo a educar a los hijos, que en este caso siempre será la mujer".
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